Por Karina Perez
Después de que, el pasado 25 de abril, el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile anunció una tasa de desempleo en el Gran Santiago del 9,4%, todo el mundo esperaba con gran expectación la cifra nacional que mes a mes entrega el Instituto Nacional de Estadística (INE). El incremento con respecto al último dato conocido estaba asegurado, la incógnita era cuánto iba a subir.
Finalmente, la cifra que se dio a conocer el pasado viernes 29 de mayo se situó en el 6,3%, un claro reflejo de la situación económica actual.
Ante esta situación, parece evidente que llegó el momento de cambiar de mentalidad. Vivimos en una sociedad conservadora en la que muchas personas asocian el éxito a un trabajo estable y un contrato indefinido. Pero, ¿qué hacer si ese ideal se demora en llegar? ¿Es realmente esa la única alternativa? Por supuesto que no.
Emprender, trabajar por proyectos o aceptar contratos temporales son algunas de las opciones con las que cuentan los profesionales chilenos en un momento en el que el mercado laboral está lento, hay mucha gente profesional y muy preparada en transición y los procesos de selección, especialmente para las personas con más experiencia, están tomando más tiempo (entre 6 y 9 meses en algunos casos).
A pesar de las cifras, desde Robert Half llamamos al optimismo. La tasa de desempleo de Chile está por debajo de las registradas en otros países de la región como Brasil, (10,9%), Colombia (10,1%) o Uruguay (8%), y también de países europeos como España (21%) o Francia (10,2%), por ejemplo.
Asimismo, Chile sigue ofreciendo empleo de calidad y los salarios están por encima de la media de los países latinoamericanos. No es que no haya oportunidades laborales, las hay, pero las empresas ya no están ofreciendo las condiciones que ofrecían años atrás, en 2011 o 2012, por ejemplo, en pleno auge de la economía. Ahora, los profesionales que quieren emplearse ya no tienen la última palabra y se han de ajustar. La palabra de orden es: flexibilidad.
Ante esto, les animo a que dejen atrás los prejuicios y abran la mente. Las formas de trabajar, los tipos de empleo y la manera en la que las compañías se vinculan con sus empleados han evolucionado y seguirán haciéndolo en los próximos años. Si reciben una buena oferta, aunque no implique un contrato inicial indefinido, tómenla. Las buenas oportunidades llegan en el momento menos esperado y quien no esté dispuesto a arriesgar puede que se quede al margen.
* Karina Perez es Managing Director de Executive Search en Robert Half para los Países Bajos