El ambiente laboral apunta a entregar todas las condiciones necesarias para que un equipo de trabajo pueda desempeñarse al tope de sus capacidades con el fin de alcanzar la mayor productividad en un entorno agradable donde cada trabajador se sienta cómodo y valorado.
Para eso, la tecnología juega un papel fundamental para optimizar los procesos y mantener a cada persona comunicada y conectada con el resto del equipo para que cada función se realice dentro de los plazos y especificaciones que correspondan.
Las herramientas y conductas que la gente utiliza en su vida personal para mantener esa conectividad también están migrando a su uso en el lugar de trabajo.
Hacia una cultura hiperconectada de alta productividad
La productividad en los nuevos lugares de trabajo es una de las preocupaciones más importantes para el 47% de los encuestados de un estudio realizado por Global Human Capital Trends en 2018.
Otras cifras confirman la tendencia hacia un ambiente de mayor comunicación, trabajo colaborativo y resultados de negocios. Entre ellas, el 70% de encuestados que cree que los trabajadores emplearán más tiempo en plataformas de colaboración y el 67% ve un crecimiento en las aplicaciones de social media organizacionales.
La predisposición de los trabajadores se suma a los esfuerzos de las empresas, y la asociación que se produce entre las nuevas herramientas que mantienen a las personas conectadas con el trabajo y el aumento de la productividad, se genera de manera casi natural.
Las empresas invierten cada vez más en tecnologías que apuntan a la hiperconectividad. Eso promueve entre sus colaboradores una interacción mayor y más constante con el trabajo, asumiendo que alcanzar ese nivel de conexión depende de la capacidad para reorganizar la cultura organizacional, los espacios de trabajo y la forma como sus líderes encaren el nuevo escenario.
¿Cómo enfocar la transformación?
La construcción de ambientes de trabajo de alta productividad basados en una cultura de hiperconectividad supone un trabajo conjunto de todas las áreas relacionadas con las áreas de Negocio, Recursos Humanos y Tecnología de la Información (TI), con el objetivo de crear e implementar las nuevas plataformas y sistemas tecnológicos necesarios para dar el salto cualitativo que se requiere para esa evolución cultural.
El primer paso hacia ese objetivo es conocer el punto de partida. Cuál es el tipo de organización, qué tipo de cultura tiene, cuál es el tipo de equipo de trabajo y qué tareas debe cumplir, cuál es el estilo de comunicación que existe y cuál es el grado de formalidad de las relaciones entre quienes conforman el equipo, son los pilares sobre los cuales hay que comenzar a definir las herramientas tecnológicas más adecuadas.
Definir políticas de equilibrio
Es necesario alinear las necesidades de la empresa con el cuidado hacia los trabajadores. Eso implica promover la conectividad y promover el respeto y el bienestar de las personas al mismo tiempo, logrando un equilibrio que evite una excesiva exigencia a mantenerse conectado todo el tiempo.
Promover la gestión personal del tiempo
Lograr establecer en la cultura la idea del trabajo en base a metas, en un modelo donde los trabajadores tengan la libertar de gestionar de manera personal el tiempo, apunta a aumentar los índices de productividad. Para alcanzar este nivel, se requiere transferir a los trabajadores la responsabilidad de frecuencia y tiempo de uso de los dispositivos de comunicación personal y laboral, generando un clima de confianza y compromiso que se verá reflejado en el rendimiento individual y colectivo del equipo de trabajo.
Relaciones personales cercanas
La relación de los trabajadores con la tecnología no puede superar la que se produce entre ellos mismos. Uno de los riesgos de la hiperconectividad es que produce una exigencia mayor en los tiempos de respuesta. Otra amenaza radica en los ruidos que se producen en la comunicación, donde una instrucción mal comprendida puede generar acciones y resultados erróneos. Y la importancia de un requerimiento puede pasar desapercibida según la interpretación que se haga de ella, según diversos factores que van desde la sobrecarga de trabajo hasta una distracción.
Para evitar este tipo de situaciones negativas, la retroalimentación constante entre los integrantes de un equipo de trabajo es una práctica a adoptar, con el fin de asegurar la cercanía suficiente para generar un flujo de comunicación efectiva.
Capacitaciones y eficiencia
Para lograr un uso adecuado del tiempo y establecer la forma correcta de uso de las tecnologías digitales, un factor fundamental es la capacitación. En la medida en que los trabajadores aprendan e incorporen actualizaciones y nuevos conocimientos, podrán generar nuevas habilidades para gestionar nuevas herramientas y orientar su uso al trabajo.
Finalmente, los trabajadores deben lograr un nivel alto de eficiencia al momento de hacer uso de las herramientas tecnológicas en sus horarios de trabajo, con el objetivo de que sean capaces de tener suficiente equilibrio entre lo laboral y su tiempo de descanso al terminar cada jornada.
Construir una cultura de alta productividad requiere un esfuerzo enorme. Cambiar la cultura de una organización es uno de los desafíos más complicados, pero en la medida que esos cambios se produzcan y los trabajadores sean capaces de adaptarse al uso de las nuevas tecnologías, la hiperconectividad se convertirá en un aliado de la productividad.
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