¿Qué preocupa a los profesionales?
En la encuesta que realizamos, mapeamos que una de las principales preocupaciones que ronda la mente de los profesionales cuando se trata de ascensos está relacionada con el nivel de equilibrio entre la vida personal y profesional cuando se es líder. Muchas personas se preguntan si realmente vale la pena pagar el precio de asumir más responsabilidades en el día a día y, quizás, tener menos tiempo para el ocio, la familia y los amigos.
Otra preocupación prioritaria está relacionada con la propia competencia para desempeñar la función. Y, de hecho, es común ver a aspirantes a líderes cuestionarse si son eficientes en el manejo de otras personas, en la resolución de problemas, en la interpretación de escenarios complejos y en la búsqueda de soluciones creativas a los desafíos. Incluso se mencionaron las "psychological hardiness", caracterizadas por la resiliencia y la estabilidad emocional ante situaciones de presión y estrés.
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Sugerencias que pueden ayudarte a encontrar el mejor camino
Es importante destacar que cada persona tiene deseos, necesidades y expectativas con respecto a su propia carrera. Son decisiones personales que deben ser analizadas y respetadas. Pero, si tienes dudas sobre si dirigir o no tu plan de carrera hacia la trayectoria de liderazgo, te sugiero algunas iniciativas:
Identifica tus principales preocupaciones
Mapear y reconocer miedos, inseguridades y dudas sobre la carrera es el primer paso para iniciar un proceso de cambio o aceptación del propio perfil. En este proceso, vale la pena conversar con profesionales de tu confianza que ocupen cargos de gestión, tu liderazgo directo o alguien de RRHH de tu empresa. Los programas de mentoría también son excelentes en estos momentos.
Considera nuevos desafíos
Si surge la oportunidad, ofrécete para liderar un proyecto de pequeña escala o para ser responsable del período de adaptación de una nueva persona que haya comenzado a trabajar en el equipo. Estas iniciativas son importantes porque, a menudo, las demandas de un puesto de liderazgo, incluido el desarrollo de personas, pueden ser sobrestimadas o distorsionadas. Tal vez, al experimentar la función, incluso en dosis homeopáticas, te das cuenta de que la misión no es tan aterradora y puede incluso ser gratificante.
Entrena tus habilidades de comportamiento
Mucho de lo que forma un buen liderazgo, además de las competencias técnicas y la experiencia, son las habilidades de comportamiento. Influir con el ejemplo, motivar e inspirar son algunas de ellas, pero hay otras, como la gestión de conflictos, la resiliencia, la delegación de tareas y la autogestión. La buena noticia es que son habilidades que ayudan a cualquier profesional a destacarse, independientemente del nivel jerárquico, y puedes practicarlas o mejorarlas incluso sin estar en un puesto de liderazgo. Y, créelo, cualquier persona puede desarrollar su propio liderazgo.
¿Cómo tener una mente de líder?
Para tener una mente de líder, es esencial desarrollar habilidades como la empatía, la visión estratégica, la capacidad de tomar decisiones e inspirar a otros. Los líderes eficaces deben tener la capacidad de comprender las necesidades y motivaciones del equipo, al mismo tiempo que mantienen un enfoque claro en los objetivos de la organización. Cultivar una mentalidad de crecimiento, buscando aprender de las experiencias y los comentarios, también es fundamental para desarrollar el liderazgo.
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¿Qué hacer para aprender a ser líder?
Aprender a ser líder implica un proceso continuo de autoconocimiento, desarrollo de habilidades y práctica. Es importante buscar oportunidades para liderar proyectos, equipos o iniciativas, incluso a pequeña escala. Además, se recomienda invertir en programas de desarrollo de liderazgo, como cursos, talleres y mentorías. Buscar comentarios con regularidad y aprender de los éxitos y fracasos también es esencial para el crecimiento como líder.
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