¿El teletrabajo es una buena idea para una empresa a raíz del coronavirus? Es la pregunta que se están haciendo hoy en día muchos gerentes en Chile y que seduce a muchos por sus beneficios. La idea es proteger a todos de la propagación del virus y mantener la productividad laboral. Sin embargo, para que funcione y rinda los frutos adecuados, es necesario considerar ciertos aspectos antes de decidir cambiar las jornadas de trabajo tradicionales por sesiones desde un lugar remoto.

Los resultados son la prioridad

El principal desafío del teletrabajo es que cada integrante de un equipo sea capaz de realizar su función al máximo de sus capacidades, basado en la autodisciplina. No hay un jefe dando vueltas ni ojos encima de tu trabajo. Eres dueño de tu tiempo, pero cargas con una responsabilidad de tener que cumplir con las tareas que están a tu cargo.

Para tener éxito en este desafío, se requiere una cultura de desempeño, donde los resultados son la base de todo. En la medida que la empresa tenga objetivos claros, y los trabajadores los conozcan y asuman como propios, las oportunidades de éxito serán más concretas y alcanzables.

Definición clara de objetivos

Para que el teletrabajo sea una opción eficiente, hay un factor fundamental, los objetivos que cada trabajador debe cumplir para que la empresa alcance sus metas. Para eso, es clave que cada profesional sepa claramente qué tiene que hacer, cómo se va a medir su trabajo y cuál es la importancia del éxito individual para el grupo.

Las experiencias exitosas de trabajo remoto coinciden en la presentación de objetivos claros, medibles y entregables a los profesionales. El error más común es determinar el trabajo a distancia sin definir claramente qué tiene que hacer cada trabajador, lo que lleva a progresos y cumplimiento de tareas poco claros, falta de enfoque individual y grupal y, como consecuencia, un mal desempeño.

Políticas transparentes e inclusivas

Para que el trabajo a distancia sea efectivo y llegue a los resultados que la empresa necesita, hacen falta políticas específicas para que cada profesional tenga un trato equitativo y justo. Además, deben participar de los acuerdos que se tomen para el caso, estableciéndose las herramientas que serán necesarias para trabajar desde sus hogares, los mecanismos de coordinación que se emplearán, las vías de comunicación oficiales, la forma y cantidad de veces que deberán presentarse a la oficina, entre otros tantos factores.

En la medida que los hagas partícipes de esa toma de decisiones, aumentará tanto el compromiso con aquello que ellos mismos ayudaron a desarrollar como las probabilidades de éxito de todos.

Comunicación y medición constantes

Al no estar juntos físicamente, pueden ocurrir situaciones de falta de comprensión, descoordinaciones y otros hechos que pueden perjudicar el desempeño individual y del equipo. Para eso, es necesario promover una comunicación constante y la comprensión de todos los trabajadores sobre la duración de la jornada diaria y la disponibilidad para recibir y responder los mensajes de manera oportuna.

Y para llevar el control sobre las acciones del equipo en sus posiciones remotas, existe una serie de protocolos y herramientas a considerar, cuya idea de fondo debe mantener el concepto del cumplimiento de resultados y objetivos, evaluando el rendimiento y la capacidad de gestión de cada integrante del equipo en función de los logros del equipo y de la empresa como un todo.

El escenario mundial y local ante la crisis provocada por el brote del coronavirus (COVID-19) está generando una serie de complicaciones y desafíos de todo tipo y el ámbito laboral y productivo no es la excepción. Sin embargo, el teletrabajo presenta una alternativa real y efectiva para hacerle frente. La clave es considerar estos factores para que el desafío pueda ser superado con éxito.