"Lo haré mañana", "Eso puede esperar", "Tengo mucho tiempo" ... Si estas frases forman parte de tu vida diaria, es muy probable que padezcas de procrastinación, esa tendencia a postergar lo que puedes hacer el mismo día. En el trabajo, este tipo de actitud puede tener consecuencias muy malas, como estrés y culpa. También pueden evolucionar hacia la creación de un ambiente malo entre el equipo y el incumplimiento de metas. Mira cómo reaccionar:
Define prioridades
¿Cuál es la misión más importante? ¿El proyecto más urgente? ¿El trabajo que parece ser el menos agradable? Haz una lista rápida de las tareas que deben realizarse. ¡Programa tu día! No te olvides de incluir también pausas y momentos dedicados al tiempo libre.
Piensa en tus objetivos: ¡Baby steps!
Cuanto mayor sea tu objetivo o el cambio que deseas realizar, más opresor podrá parecer. Si tu meta parece asustarte, considera pasos administrables - así será más simple ir cumpliéndolos. Recuerda que no conoces todos los pasos; sino solo los que están inmediatamente por venir. Tus próximos pasos se volverán obvios en la medida que los vas alcanzando.
Canaliza el miedo
El miedo es una emoción poderosa que puede mantenernos sumidos en excusas. Escribe cómo te sentirás dentro de un año si no haces nada. Sé valiente y realmente honesto contigo con relación al costo de la acción continuada. Finalmente, si no cambias, ¡nada cambiará!
Actúa con fuerza todos los días. Comienza hoy
Sal de tu zona de confort por lo menos una vez al día. Comieza ahora, antes de inventar una excusa o esconderte por pura flojera. No importa cuán rápido vayas, mientras te dirijas hacia lo que te inspira. Da el primer paso, después otro y otro. ¡La vida pide acción!
Recompensa tu trabajo
Para cualquier técnica que adoptes, considera recompensar el trabajo que has realizado. La recompensa es esencial para estar satisfecho con el tiempo que pasamos trabajando y para motivarse con lo que aún resta por hacer. Mira un episodio de una serie, toma un té, o haz una llamada a un amigo ... ¡el placer es indispensable! Además de aplicar estos consejos y usar estas herramientas, sé paciente: ¡debes perseverar para cambiar tus hábitos!