Por Alvaro García Hurtado
Nuestra economía ha caído en su ritmo de crecimiento, esa es una realidad prácticamente conocida por todos. Solo en el primer y segundo trimestre de 2016, el PIB ha bajado del 2,2% al 1,5%. Que esa desaceleración se deba a una preocupante baja en la inversión, especialmente en industrias relacionadas a los recursos naturales, es una realidad medianamente permeada en la opinión pública. Ahora, que sortear estos períodos requiera de abordar los temas pendientes en productividad e innovación, es una realidad que nos ha costado asumir.
Ha caído la economía, sí, pero el foco que merece la atención es la importante baja en la inversión proyectada para los próximos años. El último reporte trimestral de la Corporación de Bienes de Capital (CBC), publicado hace un par de semanas, arroja que la inversión privada a materializar estimada para el período 2016-2020 se reducirá de US$ 14.016 millones actuales a US$ 2.866 millones en solo cinco años, siendo esta situación especialmente radical en los sectores energético y minero, donde se proyecta una caída de más del 88 y 72%, respectivamente.
Que desagradable es escuchar ese “te lo dije”, pero la verdad es que a Chile hoy “se lo están diciendo”. Aquí el riesgo no está en la caída del ritmo de crecimiento; el riesgo es no generar las condiciones para volver a crecer, para proyectar un panorama auspicioso y ser capaces de atraer la inversión. Nuestra perspectiva es que iremos para arriba, pero lo haremos lento. Basta con mirar a Oxford Economics, que para el lapso 2005-2014 proyectaba un crecimiento del PIB potencial del 4,2%, y ahora estima uno del 2,3% para los próximos diez años y del 1,9% para el período 2027-2036.
La apuesta es crecer con otro estilo y la clave es la colaboración. No hay experiencias de crecimiento alto y sostenido sin la articulación de todos los actores, públicos y privados. Y ahí está la invitación.
Necesitamos articularnos para mejorar la productividad. Tristemente, Chile es el segundo país de la OCDE con la tasa de ingreso por hora trabajada más baja. Requerimos un empresariado dispuesto a reorganizar los procesos. Los estudios que hemos realizado en Valor Minero señalan que el principal desafío de la productividad es mejorar la colaboración empresario-trabajador, el diálogo fructífero al interior de la empresa, que nos encontramos impulsando desde nuestra Alianza, pero que requiere del compromiso de todos.
Sumémosle que somos también el país de la OCDE que menos invierte en innovación. Mientras que, en promedio, el 2,5% del PIB de las naciones que integran este bloque se destina a iniciativas de I+D, nosotros no invertimos ni siquiera nuestro 0,5%. Y no solo invertimos poco; además, lo hacemos con una cartera muy intensiva en fondos públicos.
La empresa chilena está atrasada como colaboradora de los procesos de innovación, situación bastante lamentable si consideramos que el poder de compra de algunos sectores, como la minería, sería capaz de generar un ecosistema de innovación y una industria de proveedores intensiva en conocimiento y de características globales, que hemos subutilizado de la manera más dramática.
Es importante agregar a la ecuación el rol del Estado. La regulación de los mercados chilenos es reconocidamente compleja y altamente burocrática. Cerrar un negocio en nuestro país toma, en promedio, cuatro años, cuando en la mayoría de las naciones toma solo dos. Necesitamos eficacia; necesitamos un Estado que fomente una colaboración público privada orientada a la transformación productiva, que dé impulso a la inversión y agilidad al sector público.
A fin de cuentas, este es un tema de todos. Para crecer, necesitamos colaboración. Asumir nuestros desafíos significa asumir, también, que somos una sociedad en red y que, como tal, funcionamos en la medida en que estamos articulados. Ningún actor, empresa o Estado por si solo será capaz de movilizar al país a un escenario competitivo en la economía global y sus cadenas de valor. Chile debe crecer con otro estilo o correremos el riesgo de frustrar nuevamente nuestra oportunidad de desarrollo.
* Alvaro García Hurtado es Presidente Ejecutivo Alianza Valor Minero