Hable con cualquier padre responsable y todos le dirán lo importante y potente que es decir "no". Es cierto que un "sí" podría evitar la rabieta de un niño en el momento, pero a largo plazo es mejor decir "no", ya que establece límites, permite a los niños tolerar la decepción y refuerza el control. En resumen, decir "no" a menudo, es bueno. Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto decir "no", especialmente en el trabajo y a personas adultas que intelectualmente son más capaces de entenderlo y aceptarlo?

Como en la mayoría de las cosas, la respuesta se encuentra en lo profundo de nuestro subconsciente. El “sí” automático en nosotros es la parte que quiere mostrarnos como una "buena persona." "Sí" es menos difícil que decir "no".

También se siente más constructivo. Incluso cuando la gente dice "no", es mucho más propensa a decir "sí" la próxima vez -el llamado "efecto de segunda pregunta"-, porque sienten la necesidad de calmarse a sí mismos por la culpa que sintieron anteriormente.

Por supuesto, en un contexto de trabajo, esto no es en absoluto inteligente. Asumir las tareas de las otras personas o restarse tiempo a uno mismo para dar cabida al trabajo de otra persona, simplemente por no querer ofender, es el camino hacia el resentimiento. Pero las cosas no tienen por qué ser así.

Decir "no" puede ayudar a sus compañeros de trabajo

Decir "no" no tiene que ser difícil. Es una habilidad que se puede aprender y reforzar. Si decir "sí" es evitar la culpa, decir "no" implica que la persona que está solicitando algo se dé cuenta de lo que supone lo que está pidiendo y asuma su responsabilidad.

Las mejores personas dicen "no" diciendo en realidad "sí", a pesar de que hay una diferencia sutil. Por ejemplo: "Sí, puedo tomar su trabajo extra, pero significa que mi proyecto actual llevará más tiempo. ¿Esto está bien?” No solo este tipo de respuesta despersonaliza la solicitud, sino que devuelve poder a la persona que solicita, porque puede decidir lo que es más importante para ella.

Responder "no" es aceptable cuando se usa para reafirmar la autoridad. Por ejemplo: "Lo siento, este no es mi trabajo. Le corresponde a tú hacerlo”. También lo es para la importante tarea de delegar. Por ejemplo: "Pienso que sería mejor dar la tarea a otra persona para su propio desarrollo".

Ambas respuestas funcionan porque cada vez que el "no" es una estrategia en lugar de una respuesta reactiva, significa que es poco probable que conduzca al camino equivocado. La investigación de Daniel Newark de la Universidad de Stanford muestra que la mayoría de las personas realmente sobreestiman la probabilidad de que van a ser rechazados cuando van a pedir cosas. Newark concluyó que las personas creen que necesitan preguntar a diez personas antes de tener un "sí", cuando en realidad solo necesitan consultar a seis. Esto es un hecho importante de saber. Dado que es más que probable que se espere un "no", entregar un convincente y bien razonado "no" no tiene que sentirse grave. 

La práctica hace la perfección

Hay cosas que tú puede hacer para que le resulte más fácil. Decir "no" a los colegas siempre debe ser una experiencia cara a cara. La reacción requiere juicio, y los correos electrónicos pueden ser mal interpretados. El mejor "no" es uno corto, explicado, pero no demasiado.

Por supuesto, a todos nos gusta decir "sí" más a menudo. El comediante británico Danny Wallace escribió Yes Man sobre cómo decir "sí" en lugar de "no" a cada petición que recibía mejoró su vida. Pero decir "no" es muy fácil cuando es necesario. Se ajusta a las reglas y no tiene que ser la experiencia difícil que tú piensas que podría ser.

El contenido fue traducido del original How to confidently and respectfully say "no" to your co-workers.

¿Quieres recibir más contenidos como este?

Regístrese para recibir mensualmente nuestro newsletter que incluye artículos relacionados con desarrollo de carrera, reclutamiento de personas y mercado laboral.

REGISTRAR