En cualquier empresa, el riesgo es inherente a todas sus actividades y por eso hay que recurrir a todos los recursos para reducirlo lo más posible. Y cuando nos equivocamos, nuestra primera reacción es tratar de que nadie se dé cuenta.
Sin embargo, los desafíos que enfrentan las empresas necesitan justamente todo lo contrario: que sus líderes admitan sus errores, sobretodo en áreas tan exigentes como la innovación. Reconocer las equivocaciones es la mayor oportunidad para aprender y crecer, por lo que admitir los errores es una conducta muy saludable para fortalecer una empresa, creando una cultura favorable para la creatividad, concediendo libertad para experimentar y fracasar, así como para encontrar soluciones cuando se cometen errores.
Pero, ¿cómo aceptar que nos hemos equivocado? Aquí dejamos algunos consejos que ayudarán en esta tarea, con el objetivo de convertir los errores en oportunidades que apunten hacia el crecimiento de las empresas:
- Aceptar la responsabilidad
Los líderes están llamados a hacerse cargo de lo que sucede en la empresa, sean aciertos o errores. Cuando sucede lo segundo, todavía hay una tendencia a desentenderse del tema, cuando lo correcto es todo lo contrario.
Evitar las excusas y asumir la responsabilidad es lo que debe hacer un líder. Con eso se crea una cultura que acepta los errores sin establecer culpabilidades, asumiendo que forman parte de un proceso.
- Practica la sinceridad
Un gran ingrediente para afianzar el liderazgo es ganarse la confianza de los demás. En el ambiente laboral eso no es diferente, por lo que un líder debe ser honesto y transparente.
Los equipos de trabajo esperan que sus líderes prediquen con el ejemplo, por lo que las señales contradictorias son mal evaluadas. Ante un error, un líder debe actuar con sinceridad, canalizando la situación con tranquilidad para alejar las interpretaciones y reacciones negativas.
- Comparte tu experiencia
De los errores se aprende. Y mucho. Por eso, cuando se produce un error, lo ideal es reconocerlo, evaluar lo que sucedió y las razones que llevaron a esa situación. Luego, es clave identificar qué se hizo para resolver el problema.
La posibilidad de prevenir errores, o que éstos no vuelvan a ocurrir, siempre existe. Dedicarle tiempo a evaluarlos, asumirlos y corregirlos mejora los procesos al interior de una empresa y permite a los líderes compartir esas lecciones con sus equipos, mostrándoles un modelo a seguir en base al aprendizaje y la experiencia.
- Promueve cambios de manera proactiva
Cada vez que se produce un error surge la necesidad de generar cambios para que eso no vuelva a suceder.
Esos cambios deben producirse de manera rápida y eficiente. Establecer acciones específicas que todos conozcan, explicando cómo se corrigió lo que provocó los errores fortalecerá la imagen del líder y permitirá al resto del equipo contar con herramientas para evitar cometer las mismas equivocaciones, potenciando el desarrollo de la empresa.
- Considera los daños a los demás y entrega esperanza
Cuando se producen errores, solemos preocuparnos mucho más de nuestra propia realidad, dejando de lado lo que le sucede a los demás, ¿cierto?
En el caso del ámbito laboral, es de suma importancia reconocer a todos quienes pudieron sufrir algún tipo de consecuencia a raíz de un error, puesto que también hay tiempo, esfuerzo y recursos invertidos cuando un proyecto fracasa.
Además de considerar ese nivel de empatía con los demás, es de mucho valor compartir el aprendizaje que genera este tipo de situaciones, además de plantear cómo será usada esa experiencia en el futuro.
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